sábado, marzo 11, 2006

tanger la inspiradora



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En Tánger se abre la puerta a Marruecos. Es el lugar donde se encuentra Africa con Europa, el Atlántico con el Mediterráneo. Es normal que visitar una ciudad de tales características esté siempre en al mente de todo amante de la aventura y la naturaleza.
Tánger es una ciudad con encanto blanco y azul, rodeada de marcos incomparables: extensas playas paradisiacas, grutas misteriosas y ruinas de civilizaciones remotas, con un particular clima subtropical suavizado por las influencias oceánicas que convierten su entono e el lugar idóneo par ala práctica de todo tipo de actividades al aire libre.

Siguiendo la ruta hacia el oeste en dirección al Cabo Espartel se encuentran parajes de gran belleza repletos de verdes bosques y playas atlánticas infinitas y desérticas. Pasando por la zona conocida como La Montaña con su frondosa vegetación que sirve de refugio para casas señoriales y palacios reales, se accede al Cabo Espartel. Este marca el principio de la Playa de Robinson, costa virgen ideal para largos paseos en camello. En esta play se encuentran las cuevas donde según la leyenda, Hércules descansó tras separar los dos continentes. La Gruta de Hércules es como una venta al océano, un laberíntico lugar de rocas calcáreas que maravillan y sombran con sus inscripciones supuestamente realizadas por los antiguos habitantes de la Atlántida. La ruta continúa aún unos kilómetros más hasta llegar a la antigua Cotta, villa romana en la que sus habitantes se dedicaban a preparar garum, una exquisita pasta de anchoa que hacía las delicias en Roma.

Hacia el este la bahía de Tánger ofrece maravillosos contrastes según nos acercamos al Cabo Malabata. El cabo está dominado por un faro que ilumina las noches tangerinas y desde el cual se contemplan las visas más impresionantes de la ciudad. Siguiendo por la serpenteante carretera que comunica Tánger con Ceuta divisamos inmensas extensiones de playa hasta llegar a Djebel Moussa. Esta montaña junto con el Peñón de Gibraltar forman las llamadas Columnas de Hércules. Resulta asombroso contemplar desde allí el paso de las aves migratorias por el estrecho en primavera u otoño. En estos parajes acampar es como un sueño, rodeado de silencios y cubierto por las estrellas. Pero las actividades que ofrece Tánger y sus alrededores no es limitan a esto. El golf es una de las grandes pasiones nacionales. En las colinas de Tánger resulta un verdadero placer practicar este deporte rodeado de abetos y cipreses perfumados. La equitación comparte también este privilegio entre los marroquíes y sus caballos han alcanzado renombre mundial. En las inmediaciones de Tánger se encuentra el Club Hípico que cuenta con unas magníficas instalaciones de ocio y donde pueden organizarse excursiones a caballo por los alrededores. Cerca de las playas se extienden complejos hoteleros para descanso y recreo del viajero, donde baños termales y saunas reconstituyen cuerpos cansados por el ajetreo de la ciudad. Unan amplia variedad de restaurantes, cafés terrazas y discotecas completan la oferta turística y contribuyen a hacer más placentera la estancia. En definitiva, toda una serie de actividades y lugares pensados para hacer inolvidable su visita a Tánger.